¿A quién no le gusta una escapada de vacaciones de vez en cuando? Aunque las vacaciones sean fantásticas y en un momento en el que desconectamos de la rutina, no debemos olvidar que durante este tiempo también suceden muchas de las decisiones financieras de nuestra vida. No solo pensamos en la posibilidad de adquirir una segunda vivienda, sino en otras inversiones como puede ser la compra de vehículos.
El periodo vacacional no es el único en el que podríamos disfrutar de estas adquisiciones, también puentes y fines de semana son momentos perfectos para pequeñas escapadas. Si bien es cierto que todo suena de maravilla es momento de poner los pies en la tierra y pensar en la financiación que nos supondría y es por ello por lo que hoy hablaremos sobre las características y opciones a la hora de pedir una hipoteca para una segunda vivienda.
Los puntos en los que la hipoteca de una segunda vivienda difiere de la hipoteca de la residencia habitual están basados en la demanda, en la oferta de las entidades financieras y los riesgos que estos tipos de inversiones conllevan. Veámoslo con detalle:
La demanda de segundas viviendas es menor ya que hay muchas más personas interesadas en la adquisición de una primera residencia.
El esfuerzo financiero irá acorde a las posibilidades económicas de cada caso. Si en el nuestro aún tenemos pendientes pagos de la primera residencia, entonces tendremos que realizar un esfuerzo mayor. Este esfuerzo financiero conlleva un mayor riesgo, ya que la zona en la que se suelen localizar, más aún en la costa, tienen precios inestables, existiendo subidas y bajadas de precio drásticas basadas en si les época de bonanza o no.
Este pequeño merado más arriesgado hace que las segundas viviendas tengan otras series de características.
Si pensamos en la escasa demanda y en el riesgo que suponen no nos sorprende que el tipo de interés hipotecario sea más alto tanto para hipotecas fijas como para los diferenciales de las hipotecas variables.
De la misma manera, el plazo de la hipoteca para una segunda vivienda es más corto. Mientras que el plazo para la primera residencia suele estar entre los 25 y 30 años, el plazo para una hipoteca de una segunda vivienda será en torno a los 20 años.
Si sumamos plazos más cortos e intereses hipotecarios más alto tenemos como resultado un esfuerzo financiero mayor, incluso suponiendo que la primera vivienda sea más costosa. A este esfuerzo también se le ha de sumar el porcentaje del valor de la compraventa que no esté comprendido en la hipoteca.
Como ya hemos comentado anteriormente, la situación financiera de cada persona será el punto más importante a tener en cuenta. Ya que en todos los casos será una financiación más limitada, deberemos analizar las mejores alternativas a la hora de financiar nuestra segunda vivienda.
Opciones si no tenemos hipoteca en nuestra vivienda habitual o ya la terminamos de pagar:
Opciones si aún tenemos la hipoteca de la primera vivienda:
Todas estas características y opciones a la hora de hipotecar la segunda vivienda han de ser estudiadas para conseguir la mejor oferta, la opción más económica y terminar negociando las condiciones.
Cuando empezamos a pensar en comprar una segunda vivienda podemos plantearnos el stock que pueden tener algunas entidades financieras de propiedades de bancos, ya que por lo general suelen ofrecer mejores condiciones de financiación.